La familia es uno de los aspectos más importantes, si no el que más, en el desarrollo normal de un niño, por lo que su importancia es vital en todas y cada una de nuestras intervenciones, y es por eso que desarrollamos cada una de nuestras intervenciones con un enfoque centrado en la familia. Este enfoque se centra en dos aspectos fundamentales: la relación entre los profesionales y los familiares del niño, por un lado, y la participación activa de la familia en el proceso de desarrollo del niño, por el otro. El primero hace referencia a la forma en que como profesionales desarrollamos la interacción con la familia a nivel interpersonal; aquí la empatía, la sinceridad y una visión positiva son fundamentales para que el niño alcance los objetivos.
Por el otro lado, las denominadas “prácticas participativas” animan a los cuidadores a desarrollar nuevos conocimientos y capacidades que les permitan tomar decisiones sobre el desarrollo del niño estando plenamente informados de la situación.
Así, trabajando codo a codo con la familia y el centro educativo del niño, desarrollaremos una estrategia psicopedagógica y educativa que tendrá como objetivo hacer que el mismo alcance las fases normales del desarrollo de una forma natural y controlada, a la vez que se le brinda a la familia las herramientas prácticas y emocionales para hacer frente a las dificultades que pueda sufrir su hijo producto de su retraso en el desarrollo (tanto en la motricidad como en la comunicación, las relaciones sociales o el área perceptivo-cognitiva)